Desde el momento en que ingresamos a la educación superior y nos adentramos en el mercado laboral, tenemos que empezar a administrar nuestras propias finanzas para que no se descontrolen. Al mismo tiempo, abordar estas cuestiones en una etapa tan temprana de la vida puede resultar un poco difícil. ¿Qué debe hacer la planificación financiera de un adolescente?
En este artículo aprenderás cómo cerrar tu cuenta anticipadamente al final de cada mes, para que puedas planificar inversiones a mediano y largo plazo aunque ganes muy poco. ¡Sigue leyendo!
Planificación financiera para jóvenes: ¿cómo organizarse?
1. Enumere todos sus gastos
El primer paso para desarrollar un buen plan financiero es saber exactamente cuáles son sus gastos. Para ello, utiliza un cuaderno o una aplicación financiera para anotar todos los gastos que realizas a lo largo del día.
Al registrar todas las salidas de efectivo, agrúpelas en las siguientes categorías: comida, transporte, ocio y estudio. Esta acción es importante para que puedas identificar las áreas de tu vida donde gastas más y donde puedes reducir desperdicios.
Este seguimiento también te servirá como base para realizar previsiones de costes para los próximos meses, animándote a alcanzar tus objetivos de mejora financiera.
Además, asegúrese de enumerar todos sus ingresos, ya sea una pasantía, salario, recibos de servicios independientes o ingresos por ayudar a sus padres a pagar sus cuentas.
Con notas simples, puede ver visualmente la ruta de los fondos a medida que entran y salen de su cuenta. Esto permite identificar gastos que pueden reducirse o eliminarse del presupuesto.
2. Establecer metas
Ahora que sabe dónde están sus finanzas, puede planificar escenarios futuros. Comience por establecer objetivos de reducción de costos a corto plazo y luego establezca un objetivo de ahorro para los próximos meses y años.
Por ejemplo, sus objetivos podrían comenzar con comprar su primer automóvil o abrir una cuenta de ahorros para asegurar su jubilación. Es importante destacar que todos los objetivos son alcanzables y su logro puede ser monitoreado a lo largo del tiempo.
Defina también qué estrategias y prácticas pretende emplear para alcanzar estos objetivos. Por ejemplo, si estás ahorrando para comida, abriendo una cuenta de ahorros o pidiendo un préstamo, ponlo todo en papel para que tome forma.
3. Invertir en independencia financiera
Si depende de la ayuda de sus familiares para obtener parte de sus ingresos, debería empezar a trabajar más seriamente para lograr la independencia financiera. Para lograrlo, tu seguridad financiera debe ir de la mano con tu desarrollo profesional.
Invertir en una carrera es invertir en educación y formación. Por lo tanto, busca un curso universitario o técnico para aumentar tus posibilidades en el mercado laboral. Primero, debes saber que este tipo de inversión no debe perjudicar tu presupuesto actual.
Una buena opción es apoyarse en instituciones públicas o, en el caso de la educación privada, buscar becas o ayudas estudiantiles.
De todas formas, es importante saber que encontrar una cualificación estable no es un coste, sino una inversión en tu carrera y en tus ingresos.
4. Reevalúa tus hábitos de consumo
Para que la planificación financiera funcione, es necesario recortar costos, es decir, no hay otra manera.
Sin embargo, esto no significa que sea necesario reducir tu calidad de vida, como por ejemplo renunciar a proyectos de ocio. De hecho, es la capacidad de organizar los hábitos de consumo y obtener productos y servicios que realmente satisfagan las propias condiciones.
Comience con pequeños hábitos, como comer menos en la cafetería o el comedor de la universidad. Puede que no lo parezca, pero puede tener un gran impacto en tus finanzas, después de todo, es mucho más barato traer comida desde casa. De hecho, puede ser una excelente manera de desarrollar tus habilidades culinarias.
Otra opción es cambiar el uso diario del coche por el transporte público o compartir coche. Asimismo, trate de compartir algunos costos comunes, como la compra de útiles universitarios, entre compañeros de la misma edad.
También puedes buscar opciones de ocio y entretenimiento gratuitas o de bajo coste en tu ciudad, como teatros, cines, plazas y parques, que ofrecen una programación premium a precios muy por encima de las entradas de cine en los centros comerciales.
5. Ahorra dinero en inversiones
La planificación financiera sólo hace la diferencia al final del mes si puedes pagar todas tus facturas y gastos personales y aún tener algo de dinero en reserva.
Esta reserva puede tener un propósito claro y viable, como por ejemplo: ahorro en caso de emergencia o inversiones que generen ingresos futuros.
Contrariamente a lo que mucha gente piensa, invertir no está limitado a aquellos con alto poder adquisitivo. Después de todo, hay muchas alternativas más baratas y accesibles.
Un consorcio muy conocido es un ejemplo. En este modelo se realiza un ahorro mutuo, es decir, todos los integrantes pagan en cuotas mensuales, previamente estipuladas en el contrato de participación. Estas cantidades se destinan a fondos mutuos. Al finalizar el contrato, tras el pago, recibirás tu coche o propiedad.
La mayor ventaja es que el consorcio no exige ningún pago inicial, las cuotas no tienen intereses y las tasas son predecibles.
También es una buena idea empezar a pensar en planes de pensiones privados, después de todo, cuanto antes empieces a contribuir, menos impacto tendrán las cuotas en tus finanzas. Además, existen otras opciones disponibles para los jóvenes, como unirse a un grupo de inversión o iniciar una pequeña empresa.
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